Puede parecer obvio, pero si algo parece lesionado o tiene dolor, probablemente se trate de una lesión. Si la zona está muy caliente, tiene un color rojo intenso, está hinchada o hay moretones visibles, son signos de inflamación grave y podrían indicar un desgarro o una lesión muscular más seria.
Por el contrario, normalmente no se pueden detectar las molestias habituales después del entrenamiento. Recuerda que puedes consultar el precio de la amoxicilina si tienes alguna bacteria que pueda provocar tu malestar en el cuerpo al hacer ejercicio.
¿Qué tipo de dolor experimenta si estás lesionado?
¿Sientes dolor y rigidez? ¿O el dolor es agudo y punzante?
Reconocer la diferencia puede ayudarte a determinar si estás dolorido o si estás lesionado. Los dolores generales en las partes del cuerpo que han trabajado duro durante el último entrenamiento suelen ser una respuesta estándar a la actividad intensa. Pero el dolor agudo puede ser un signo de lesión, y es el momento de que tu médico te eche un vistazo.
Observe cuándo siente dolor
Si tienes esa sensación de dolor general, como cuando te cuesta bajar a una silla después de un día intenso de piernas, es probable que sea sólo la respuesta natural de tus músculos al trabajo duro. Pero si notas dolor en un lugar específico de tu cuerpo, eso suele ser un indicador de una tensión o lesión muscular específica.
Detecta cuando los dolores y molestias aparecen
El momento en el que sientes el dolor y la rapidez con la que aparece pueden ayudarte a diferenciar entre un dolor y una lesión. Normalmente, una distensión muscular o una lesión se sentirá durante la actividad específica. Alguien puede sentirlo de inmediato y notar una molestia o debilidad aguda. El dolor muscular se producirá después de la actividad, normalmente al día siguiente.
Si oyes o sientes un chasquido en la articulación o el músculo mientras haces ejercicio, esto podría indicarte una posible lesión. Pero si el dolor aparece poco a poco en las horas y días siguientes al entrenamiento, es probable que sólo estés experimentando un simple dolor.
Controla la duración de los síntomas
El tiempo que duran los dolores puede ser una forma efectiva de juzgar si estás experimentando un dolor temporal o algo más. Para empezar, hay dos tipos de dolor muscular que cualquier persona que haga ejercicio probablemente haya experimentado, dice Deblauw. El primero es el dolor muscular agudo, que es cuando te sientes dolorido durante e inmediatamente después de tu entrenamiento.
Esto se debe probablemente a la acumulación de ácido láctico y potasio en los músculos, y el cuerpo debería eliminar la acumulación en una hora aproximadamente.
Síntomas en otro tipo de dolor corporal
El otro tipo es el dolor muscular de aparición retardada, o DOMS por sus siglas en inglés, que aparece aproximadamente un día después del entrenamiento y puede durar hasta tres días.
Si ya has pasado la marca de los tres días y sigues sintiendo dolor, es posible que tengas una lesión y es hora de consultar a un experto. Y si no ves una mejora del 90 por ciento en tus síntomas después de dos semanas, acude a un profesional médico porque eso indica que algo no está mejorando.
Controle cómo sus molestias afectan a la actividad diaria
Aunque el dolor muscular habitual puede hacer que subir las escaleras o sentarse sea complicado durante unos días, debería poder seguir funcionando. Pero si descubre que el dolor le impide realizar sus actividades cotidianas como de costumbre, como un dolor de pantorrilla tan intenso que le impide apoyar el peso en la pierna o dolores en el brazo que le impiden levantar objetos cotidianos, entonces se trata de un problema mayor.
Controla cualquier dolor persistente
Tal vez seas un paciente modelo y hayas descansado tu cuádriceps dolorido durante dos semanas antes de volver a pisar el asfalto. Pero si el dolor sigue reapareciendo a pesar de haberse tomado el tiempo adecuado para sanar, podría ser una señal de que sus dolores son algo más que un simple dolor post-entrenamiento.
Si eso sucede, es cuando sabes que tienes un problema mecánico que está causando ese problema. Estás sometiendo a tu cuerpo a una tensión que no puede soportar, ya sea por sobreentrenamiento, debilidad o forma. Tienes que abordar los problemas mecánicos que están contribuyendo al problema si el descanso no lo soluciona.
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