Día: 14 julio, 2021

¿Qué es la saturación de oxígeno?

¿Qué es la saturación de oxígeno?

¿Qué es la saturación de oxígeno? Quien más, quien menos, todos hemos acudido a Urgencias alguna vez y a nuestros hijos les habrán puesto una cosa en el dedo de la mano con un oxímetro para conocer la saturación de oxigeno.

Esta medida sirve para conocer si un paciente está recibiendo oxígeno de forma adecuada en sangre y por ello, los pediatras, la utilizamos también en nuestros pacientes, sobre todo en aquellos con procesos respiratorios como las bronquiolitis o las neumonías.

De hecho, muchos padres nos suelen decir frases como “Ya me quedo tranquilo porque veo que la saturación está en 100%” o “Me he venido a Urgencias para que le veáis porque en casa la saturación marcaba 92%”.

Sin embargo, la saturación de oxigeno es una medida más en el todo que supone un paciente pediátrico y debe ser valorada con cautela por un profesional sanitario, ya que de forma aislada no suele tener mucho valor.

En este post te contamos qué es la saturación de oxígeno y para qué sirve su medida para que puedas entender de que va la cosa cuando se la midan a tu hijo y algún pediatra te hable de ella.

oxigeno en la sangre

 

 

El oxígeno de la sangre y cómo se mide

La función del aparato respiratorio del cuerpo humano es enviar oxigeno suficiente a los tejidos para que puedan realizar de forma adecuada las diferentes tareas para las que están diseñados, por ejemplo, al intestino para hacer la digestión o a los músculos para poder contraerse y mover el cuerpo.

Este aparato respiratorio está compuesto por todos los órganos que intervienen en el transporte del oxigeno a los tejidos y básicamente son las vías respiratorias y los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos y la sangre.

Esta última, la sangre, contiene a los glóbulos rojos, células del organismo encargadas de transportar el oxígeno a los tejidos a través de la hemoglobina.

El trabajo de todo el aparato respiratorio es fundamental para que el organismo funcione de manera adecuada. La medición del oxígeno en sangre nos puede dar una idea de cómo funciona el aparato respiratorio en muchas enfermedades.

La medición de los niveles de oxígeno en sangre se puede hacer a través de varios métodos, muchos de ellos “invasivos” que requieren de una muestra de sangre para poder determinar esos niveles a los que nos referimos.

Ahí es donde la medición de la saturación de oxígeno ha ganado terreno ya que es un método “no invasivo” muy fácil de utilizar.

¿Qué es la saturación de oxígeno y cómo se mide?

La saturación de oxígeno es la medición que nos informa cómo de cargado esta el glóbulo rojo de oxígeno, es decir, si tras pasar por los pulmones ha sido capaz de captar muchas moléculas de oxigeno o por el contrario lleva pocas.

Para que lo entendáis, sería la medida que nos informa de si el maletero de un coche (el glóbulo rojo) lleva muchas maletas (moléculas de oxígeno) o pocas.

La saturación de oxígeno no nos da una medición exacta de cuanto oxígeno hay en sangre ya que lo que estima es cómo de cargados van los glóbulos rojos en total.

Sin embargo, muchos estudios han comprobado que la saturación de oxígeno se correlaciona bien con los niveles de oxígeno en sangre por lo que la medición de la saturación nos sirve para estimar la cantidad.

El pulsioxímetro es el aparato que utilizamos para medir la saturación de oxígeno, el cual se compone de dos partes. Por una lado una sonda, que es la parte que se pone en el dedo y efectúa la medición de la saturación, y por otro una pantalla, donde leemos el valor de la saturación.

La tecnología que utiliza el pulsioxímetro se basa en la colorimetría. Dependiendo de cuánto oxígeno transporta la sangre, ésta se pone de un color u otro: cuanto más roja, más oxígeno y cuanto más azul, menos oxígeno.

saturación de oxigeno

 

La saturación de oxígeno no lo es todo

Lo que si que es importante que entendáis es que la saturación de oxígeno es un parámetro más dentro de la valoración respiratoria de un niño.

Debemos saber también otros datos como la auscultación, la frecuencia respiratoria, el trabajo respiratorio… ya que todas estas valoraciones completan la visión global de si el niño está respirando bien o no.

En ocasiones atenderemos a un niño con una neumonía y al medir su saturación de oxígeno ésta estará baja (por ejemplo 92%), lo que garantiza el ingreso para administrar oxígeno mientras la infección mejora.

A qué se deben las malas digestiones

A qué se deben las malas digestiones

¿A qué se deben las malas digestiones? El dolor de estómago es algo que suelen sufrir muchas personas de manera habitual y frecuente sin encontrar una causa aparente.

El dolor de estómago es algo que suelen sufrir muchas personas de manera habitual y frecuente. En un tanto por ciento muy alto, la causa o el motivo de tal dolor es inespecífico por lo que resulta muy complicado el tratarlo. Una mala digestión es bastante molesta e incómoda de ahí que sea importante el encontrar la causa que la produce y tratarla de una manera adecuada.

En qué consiste una mala digestión

La mala digestión recibe el nombre médico de dispepsia y se caracteriza por los siguientes síntomas:

Fuerte dolor en la boca del estómago.

Se pierde el apetito y la persona que la sufre es incapaz de terminar de comer.

Gran acidez y ardor estomacal.

Fuerte hinchazón en la zona del abdomen y naúseas.

La mala digestión recibe el nombre médico de dispepsia

En algunos casos, la mala digestión puede estar asociada a una enfermedad determinada como es el caso de una hernia de hiato. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos las dispepsias son están asociadas a ningún tipo de enfermedad digestiva o estomacal.

Si la persona sufre de manera frecuente dolores a causa de unas malas digestiones, es importante el identificar la causa que provoca esto y acudir al médico.

a que se deben las malas digestiones

El peligro de comer demasiado rápido

En muchas ocasiones el comer demasiado rápido hace que la persona sufra una mala digestión. Si los alimentos llegan al estómago sin triturar, es normal que el proceso de digestión se ralentice y la misma se haga demasiado pesada. Aparte de la pesadez, la persona se siente mucho más cansada y fatigada.

Los fuertes dolores estomacales y los gases se producen porque se traga mucho más aire de lo normal aunque los medicamentos como espaven te ayudan con el dolor es importante que acudas a un medico para que el te diga que problema puedes tener.

Aparte de ello el comer más rápido de lo normal, provoca que la persona necesite una mayor cantidad de comida para sentirse completamente saciado. Por otra parte, el organismo no es capaz de asimilar los diferentes nutrientes de los alimentos ingeridos.

Comer según un horario o una rutina

Se ha podido demostrar que aquellas personas que no siguen un horario a la hora de comer, tienen muchas más papeletas para padecer dispesias o malas digestiones.

El seguir un determinado horario e ingerir las diferentes comidas respetando un determinado horario es clave a la hora de mejorar la digestión. A la hora de comer por tanto, es importante la cantidad ingerida y la hora en la que se hace:

El desayuno debería hacerse como muy tarde a las ocho de la mañana. Es sin lugar a dudas la comida más importante del día, por lo que debe ser bastante completa y nutritiva

A las 10 de la mañana se puede almorzar algo para saciar el hambre y el apetito. No se aconseja el pasarse en dicha ingesta y optar por poca cantidad.

La comida debería hacerse como muy tarde a las 14 horas. Debe contener menos calorías que en el desayuno, aunque la mayoría de la gente lo suele hacer al revés.

A media tarde, es conveniente algo ligero para calmar el apetito hasta la llegada de la cena.

La cena debe hacerse como muy tarde a las 20 horas. Debe ser lo más ligera posible y no alargarse en el tiempo ya que lo contrario, la digestión se puede hacer más pesada de lo normal, provocando problemas a la hora de conciliar el sueño.

En definitiva, el problema de las malas digestiones es algo bastante común que afecta a una parte importante de la población.

El ingerir la comida demasiado rápido unido al hecho de no respetar ningún tipo de horario a la hora de comer, hace que la digestión no sea la deseada, dando lugar a fuertes dolores en la zona abdominal entre otros síntomas como las naúseas, los gases o los ardores.

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